“El día que plantas la semilla no es el mismo día que comes el fruto, así que paciencia” Esta frase encierra una sabiduría profunda a todos los niveles (personales, académicos, profesionales, deportivos) y a todas las etapas de la vida (niñez, adolescencia, adultez y vejez). Una frase y una foto, entendible por todos. Si eres padre, muéstrasela a tu hijo 😉

Cuando alguien nos ha hecho algo que nos destruye por dentro, lo más natural y humano es que aparezca el rencor. Esta emoción hace que nos alejemos de esas personas, pero cuando nos estancamos en esa emoción, le damos más poder a esas personas y acabamos autodestruyéndonos.

Vivimos en modo automático. La mayor parte del tiempo no somos conscientes de la cantidad de procesos de pensamiento, que aparecen y cruzan a diario por nuestra cabeza y que ejercen su influencia en nosotros, en nuestro estado mental, mientras pasan completamente inadvertidos. Nos movemos gracias a todas esas habilidades que nos sabemos de memoria. El dilema del ciempiés nos indica cómo a veces, prestar atención a lo que hacemos, nos perjudica.