Perdonar

¿Por qué nos cuesta tanto perdonar?

Pues porque tendemos a “guardarnos” lo que nos ha ocurrido y nos cuesta pasar página, sobre todo cuando nos sentimos decepcionad@s o traicionad@s. Y esto, en general, nos pasa a muchos, ¿te suena?. Lo que no se es si sabes que el rencor, no nos lleva a ningún lado bueno, sino todo lo contrario, nos ancla al pasado, no nos permite seguir avanzando y nos consume energía.

En las consultas de psicología es un tema muy frecuente y sobre el que trabajamos mucho. Nos paramos en identificar las emociones, los pensamientos y los comportamientos que tenemos para después establecer un plan de acción.

A continuación, indico algunas recomendaciones que te pueden ayudar si estás en una situación parecida:

  1. Tener la motivación de perdonar. Se valiente y rompe esa soga que te está ahogando, que no te deja respirar.
  2. Reconoce y escucha las emociones que sientes. Tanto las emociones agradables como las desagradables, cuando se presentan son porque quieren decirnos algo. Todas estas emociones tienen una intención positiva para ti ya que te protegen, escúchalas. Conocerlas te ayudará.
  3. Erradica esos pensamientos negativos y repetitivos. Solo te empobrecen y te limitan.
  4. Acepta la situación. De esta manera tomarás conciencia de la importancia de sentirte libre. Tienes dos opciones: seguir como estás o dejar de sufrir ¡tú eliges!
  5. Elabora un plan de acción. Identifica pequeñas acciones que puedes hacer para encontrar esa paz interior contigo mismo. Todos tenemos actividades que nos gustan, que nos hacen disfrutar y/o desconectar. 

Así que te sugiero que pares y reflexiones sobre esto. Te darás cuenta de que el objetivo de perdonar a los demás es sanamente egoísta, porque te ayuda a ti, dejas de sufrir.  Quizás, la relación con esa persona ya no será misma, pero estarás en paz contigo mism@, volverás a ser libre  y al final, eso es lo que te debe de importar😊

2 Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo. Cuando me vi en la situación, los pensamientos negativos no me dejaban ver lo bonito de la amistad vivida y lo mucho que nos habíamos ayudado.Cuando decidi perdonar me sentí liberada ,aprendí a valorar lo bueno y a olvidar lo que pasó..fue un punto de inflexión muy importante.

    1. ¡Qué bien Marta!. Cuando uno se siente liberada, la satisfacción es infinita.
      Gracias por tu comentario.
      Un abrazo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *