¡Hola!, me llamo Rosa y antes de nada, me gustaría presentarme para que puedas conocer, al menos, un poquito más quien está detrás de estas líneas 😉
Coruñesa de nacimiento y madrileña de adopción, me considero una persona feliz y con sentido del humor, aunque, a veces, tengo que reconocer que “me falla”, es lo que tiene ser humana e imperfecta. Soy una mujer pragmática y con carácter, digo lo que pienso y eso no le gusta a todo el mundo. Las personas, en general, no estamos preparadas para escuchar críticas, aunque en mi caso, intento que sean constructivas. Aprender de uno mismo es muy positivo, te ayuda a conocerte más y mejor. Yo practico la autocrítica y créeme, es una buena terapia.
Agradecida a la vida, estoy felizmente casada y somos padres de tres hijos maravillosos que son nuestra inspiración y llenan nuestra vida, aunque, a veces, agotan nuestra energía.
Desde muy pequeña, sentí una gran atracción por el mundo de la salud. El poder ayudar a los demás siempre ha sido muy importante para mí, quizás tenga que ver que soy la mayor de cuatro hermanos; el sentido de protección y ayuda, siempre los he tenido muy presentes.
En la década de los cuarenta, mis sueños e ilusiones siguen creciendo. Intento cuidarme con hábitos saludables y practicando deporte. La natación, es el deporte con el que crecí. Aprendí que el sacrificio, la disciplina, la capacidad de esfuerzo y el respecto por mis compañeros/ rivales, son valores fundamentales en la vida y estos han forjado mi personalidad. Gracias a la natación, conseguí mi primer trabajo como Socorrista, durante 4 años tuve el privilegio de poder trabajar en las playas de mi ciudad. Una experiencia increíble, donde aprendí, disfruté y salvé vidas.
Esta experiencia, hizo que me decantara por la carrera de Enfermería, quería seguir aportando mi granito de arena hacia el cuidado de las personas. Durante más de 5 años trabajé como Enfermera en Servicios Críticos (Urgencias, UCI, Cirugía Cardíaca y Trasplantes), no obstante, en seguida me di cuenta de que hay que estar hecha de una pasta especial para trabajar en este mundo.
Pero mi gran vocación, sin duda, ha sido y es la Psicología, para mi es la profesión más bonita y agradecida que existe. Durante 6 años, compaginé mi trabajo de enfermera con los estudios universitarios de Psicología. Fueron años muy intensos, donde la voluntad, esfuerzo y sobre todo ilusión me ayudaron a conseguir mi título de licenciada. Poseo doble especialidad :
En Psicología Industrial (laboral), cursé un Máster en Dirección y Gestión de Personas. Durante más de 15 años ejercí mi profesión en puestos de Responsabilidad en el área de Recursos Humanos (en diversos sectores: petroquímico, consultoría, construcción y mantenimiento ferroviario), llevándome de todas estas experiencias, aprendizajes y desaprendizajes, claves en mi crecimiento personal y profesional.
Y en Psicóloga Sanitaria, para ello realicé un Master en Psicología General Sanitaria, habilitación obligatoria para ejercer en el ámbito sanitario. Soy especialista en depresión, ansiedad, gestión emocional, autoestima, duelo, técnicas de estudio, habilidades sociales, estrés, desmotivación laboral, búsqueda de empleo, entre otras.
Actualmente trato a personas que se encuentran en diferentes etapas de la vida: adolescencia, adultez y vejez. Crear un vínculo en la primera sesión es clave para saber si va a haber un buen pronóstico de la sintomatología descrita. Escucha activa, empatía y comprensión, siempre están presentes en mis consultas.
Una herramienta muy potente y que complementan mis sesiones es el coaching. Esta disciplina llegó en mi vida por un cambio profesional, me ayudó a tomar conciencia de que la responsable y dueña de mi vida soy yo (no los demás) y cuando te das cuenta de esto, de que si cambias o amplias tu foco, el mundo se abre para ti, es genial.
En el coaching hay mucho intrusismo, por lo que decidí formarme en las mejores empresas nacionales y certificarme (pincha en los enlaces y podrás ver mi formación y credencial de ICF):
Estoy muy orgullosa de mi trayectoria profesional. Es muy completa y enriquecedora. Y seguimos aprendiendo porque siempre hay algo interesante que te hace mejorar como profesional pero sobre todo como persona.
Con el tiempo, me he dado cuenta de que a lo largo de nuestra vida debemos estar abiertos a nuevos retos. Nos acostumbramos a hacer, pensar y sentir siempre de la misma manera, y muchas veces, no nos damos cuenta de que la vida fluye, que está en un continuo cambio y que si queremos aprender o cambiar algo de nuestra vida necesitamos salir de lo conocido y aventurarnos en lo desconocido, enfrentarnos a ese miedo que no nos deja avanzar. De primeras, impresiona (y lo digo por experiencia propia), pero merece la pena porque la vida sin ilusiones se convierte en una rutina y si a la palabra rutina le quitas la letra “t”, ¿en qué se convierte? en una RUINA y, ¿a qué no quieres que tu vida se convierta en una ruina?
Pues ya sabes… ¡Se valiente, te lo debes a ti mism@!