Todos los días, la vida te abre pequeñas ventanas de oportunidades. Algunas las ves al momento, pero otras, sin embargo, están más escondidas. Solo necesitas parar, mirar un poco más allá y confiar en ti para poder destaparlas. Nuestro destino se define en base a cómo reaccionamos ante ellas; si te aminoras, tú vida será pequeña, sin embargo, si pese a sentir miedo, corres hacia esas oportunidades, tu vida será más grande.
Vivimos en un mundo donde faltarte al respeto, ser impertinente o sentirte provocado/violentado es algo normal. Cada uno de nosotros tenemos nuestro aguante, pero no entiendo ni entenderé la “dichosa” manía de enfadar a las personas hasta hacerlas explotar y luego soltar “no sé porque te pones así, si no es para tanto”.
No pases demasiado tiempo tratando de entender cosas que jamás comprenderás.
Piensa, que no todo tiene una explicación, no todo tiene sentido, no todo es justo… Cada uno de nosotros sentimos de manera diferente, tenemos un mapa mental único y un patrón de conducta distinto. Por eso, es inútil esperar de los demás lo que tú harías.
¡Cuánto nos cuesta perdonar!
Perdonar no significa que hayas superado lo que te hizo, significa que no vas a seguir permitiendo que lo que te hizo destruya tu felicidad.
Hay muchas personas que viven solas en esta pandemia. Bien por edad (jóvenes, no tan jóvenes, abuelitos), bien porque residen en una ciudad diferente al resto de su familia, bien porque no tienen pareja, bien porque así lo habían decidido antes de la pandemia. En fin, digamos “por causas varias”. Y si en general, a todos nos cuesta llevar el día a día, para estas personas, hay días que se hacen más cuesta arriba, casi, como subir el Everest.
Hay días, que siento que estoy navegando en un barquito en medio del océano. El problema es que no sé dónde está la orilla, y eso me desconcierta.
Quiero compartir esta vivencia personal con vosotros. Quizás haya más barquitos navegando, quizás ayude a alguien …
Ayer, fue uno de esos días …
Cuando formulo esta pregunta, la inmensa mayoría de las personas, me responden con otra pregunta… ¿A qué te refieres ?, ¿Si soy buen@ en mi trabajo?, o ¿Si soy buen@ persona?… Entonces, les miro a los ojos y les respondo con un silencio y una ligera sonrisa… En ese momento, no son conscientes de que les estoy invitando a que conecten con su yo interior, a que se formulen de nuevo la pregunta y realicen una pequeña autorreflexión, para después, contestar.
Este año 2020, pasará sin duda, a la Historia de la Humanidad por haber sido un año durísimo en todos los aspectos del ser humano y de la Sociedad, en general. Y, aunque todos desearíamos que la Covid-19 desapareciera el 1 de enero, por arte de magia, como si de un mal sueño se tratara, seamos sensatos y aceptemos que este “puñetero virus” ha venido a este mundo para quedarse, así que no nos queda más remedio que aprender a vivir con él, de la mejor manera posible.
“El regalo perfecto no es un objeto que alguien puede entregarte. Es un presente que tú solo puedes obsequiarte”. Spencer Jonhson psicólogo y escritor estadounidense.
Cuando creas en algo tan grande como tú , te darás cuenta de que el mejor regalo para ti y para los demás, es ser la mejor versión de ti mismo.
“Cuando la música te alcanza, no sientes dolor”. Una de las grandes leyendas de la música, Bob Marley, decía esto sobre el poder curativo de la música, esta maravillosa forma de arte.
La música es uno de los factores más importantes de la vida del ser humano; nos relaja, nos libera de nuestras penas, nos hace bailar, cantar a gritos, mejora nuestra confianza, atenúa el miedo, reduce la ansiedad, el estrés y las preocupaciones gracias a sus efectos tranquilizantes y/o relajantes. Su efecto es tal que la necesitamos para vivir más de lo que pensamos. Puede cambiar nuestro ánimo en un segundo y lograr que un día gris se convierta en un día multicolor.