No sé porque te pones así, si no es para tanto

Vivimos en un mundo donde faltarte al respeto, ser impertinente o sentirte provocado/violentado es algo normal. Cada uno de nosotros tenemos nuestro aguante, pero no entiendo ni entenderé la “dichosa” manía de enfadar a las personas hasta hacerlas explotar y luego soltar “no sé porque te pones así, si no es para tanto”.

El otro día, tomando un vino con una de mis mejores amigas, tuvimos una conversación informal pero muy realista. Ella me contó una situación que le había pasado recientemente con otra amiga y que le estaba causando mucho sufrimiento. Os pongo en situación;

<<Su amiga la suele llamar con frecuencia para contarle su vida, tanto lo bueno como lo no tan bueno, siendo esto último lo más frecuente e intenso. Rara vez se preocupa si es buen momento para contar, lo hace y punto, sin importarle mucho, su opinión, “es como si abres un grifo, sale agua y no te preocupas a dónde va (el agua) o si se desborda”. Ese día, mi amiga intentó frenarle de la mejor manera posible, pero no fue capaz, no se podía expresar, entonces ¡explotó!  y, además, tuvo que escuchar la frase: “no sé porque te pones así, si no es para tanto” >>.

Yo, a estas personas las identifico como “Depredadores emocionales”.

Son personas que se manejan como pez en el agua en el conflicto, preparando el fuego y esperando a que caigamos en él. Y el problema, es que no nos damos cuenta de su estrategia hasta que cansados, de que nos absorba nuestra energía, decidimos decir: ¡basta!, ¡hasta aquí!

Hoy no puedo escucharte, hoy no tengo tiempo para ti, hoy necesito curarme. Y es que a veces, no nos damos cuenta, de que uno puede estar viviendo una situación con un alto nivel de estrés, de ansiedad, de tristeza, y no aparentarlo externamente, pero dentro, el sufrimiento vital te va desgarrando.

Pero, ¿Cómo podemos gestionar a estos depredadores emocionales?

  1. Identificarlos. Son personas que son capaces de regalarte flores y casi a la vez, lanzarte un dardo “picante”
  2. Ponerle límites. Estas personas tienen claro cual es su presa, así que, desde el principio, tienes que tener claro hasta dónde vas a permitir que llegue. Decir no, a veces cuesta, pero si no lo haces a tiempo, estás vendido.
  3. Fundamental, fortalecer tu yo interior. Conócete, escúchate y quiérete. No me canso de repetirlo. Esto es clave para vivir feliz.
  4. Y, si llega un punto, en que ya no puedes más y no te compensa pasar más tiempo de tu vida con esa persona. Ármate de valentía y de manera asertiva (porque tú puedes hacerlo), le dices la frase de: “No te equivoques conmigo, yo también se irme y no regresar”

Cuando vivimos este tipo de situaciones, al final, comprendemos que estamos siendo manipulados por una persona que antepone sus necesidades a las nuestras, que no escucha, que es capaz de ejercer un chantaje emocional sobre nosotros que nos aturde de tal manera que no sabemos a qué atenernos y busca dejar nuestra razón a un lado para llenarnos de ira.

Llegados a este punto, ¿de verdad te compensa?, quizás haya llegado el momento de tomar una decisión. Punto y final 😉

7 Comentarios

  1. Sí, parece que el depredador emocional está muy ligado con el egoísmo. Gracias por la generosidad de tu blog, Rosa. Conocimiento a cambio de nada.

    1. Así es Diego, depredador emocional, ladrones del tiempo … hay que identificarlos y ponerles freno.
      Compartir conocimiento es maravilloso, sobre todo si ayuda y de alguna manera enriquece a los demás. Cuando compartes, la satisfacción es infinita.
      Graciassss

  2. El depredador emocional , cuánta gente actúa de esa manera …. Y lo peor que disponen tu tiempo y de tus emociones a su antojo

    1. De ahí la importancia de identificarlos y desde el primer momento, no dejar que te «coman tu vida». Cuesta pero es posible.
      Graciasss por comentar

  3. Q bueno Rosa! Y lo peor es q muchas veces son las personas q imaginamos nos van a cuidar las q utilizan estas maniobras😩

  4. La importancia de poner límites y cuando los pones te sientes culpable.Recientemente he tenido una experiencia en la que tuve que expresar mi malestar hacia una persona por contestaciones mal dadas y después de una reacción, por su parte, con muy malas formas hacia mi tuve que poner mis límites.Tuvo que verme sufrir para pedir perdón pero creo que por mi parte poner límites fue beneficioso tanto para mi salud mental como para nuestra amistad

    1. El poner limites es la mayor protección que tenemos como persona. Todos debemos saber hasta donde podemos dar de una manera saludable.
      Si lo haces desde el principio de una relación suele ser más natural y no suele haber malos atendidos, todo claro desde el primer momento. Eso sí hay que conocerse bien y tener autoconfianza, y no siempre es fácil.
      El problema está cuando decides decir hasta aquí en una relación avanzada, en el momento en el que pones limites te acusarán de que tú has cambiado pero para mal. Pero no te confundas, eso no es así, tú has dicho basta ya!, y ellos con tu cambio buscan una excusa para justificar su mal comportamiento hacia ti.
      Así que, OUT, fuera, ni un segundo más de dedicación a estas personas excepto que quieran cambiar su comportamiento y vengan hacia ti pidiéndote perdón.
      Gracias Marta por tu comentario 😉

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *