Cuando somos niños, por lo general, vivimos “despiertos” para conseguir nuestros sueños. Vivimos la vida como una bonita y gran aventura, donde las preguntas y lo desconocido forman parte de nuestro día. El ¿por qué? de todo, la felicidad de disfrutar de las pequeñas cosas (tomar un helado sin estar pensando en nada; ver las luces de navidad y decir ¡aaaaaaalaa que bonitas!; imaginarte la historia que te está contando tu abuelo de cuando era un niño y reflejar admiración e ilusión en tu cara). Cuando eres niño, los sueños son alcanzables y se vuelven realidad (bueno, no todos, pero sí la mayoría). Ejemplos bonitos:
- <<Papá, le voy a poner a mi cometa una cuerda muy grande y voy a correr mucho para que vuele muy alto y pueda llegar a las nubes>> y al final te dice, la cuerda tiene que ser más grande, mañana lo sigo intentando.
- <<Mamá, me voy a meter en la cama con el disfraz de Superman para ir a ver a papá y darle mi beso de buenas noches (papá está de viaje)>> y a la mañana siguiente, te dice que sí se lo ha dado o, ya no se acuerda porque se lo puso 😉
¿A qué cuando eras pequeño tenías sueños parecidos? Cualquier cosa que se te pasaba por la cabeza, al menos te la planteabas y la mayoría de las veces, lo intentabas… y ¿ahora?
Todos tenemos un potencial/talento que si lo explotamos nos permitirá brillar con una luz extraordinaria. El problema empieza cuando creces, y el mundo que te rodea empieza a transformarte, nos volvemos conformistas y “vamos apagando esa luz con la que nacemos” y entonces, dejamos de soñar a lo grande. Vamos perdiendo la noción de lo que somos realmente y ocultamos lo mejor de nosotros mismos en nuestro inconsciente (*) bajo capas de inseguridad, de miedos, de creencias limitantes y emociones no identificadas.
(*)Nota: La teoría de Iceber y el Incosciente. De lo que somos y actuamos, el inconsciente representa el 93%; el resto corresponde al consciente. Las personas solo pueden controlar aquello de lo que es consciente, así que ¡fíjate todo lo que tienes oculto!
De esta manera, se produce un cambio en nuestra manera de ser, provocada por nuestras experiencias/vivencias, por la educación que hemos recibido de nuestros padres, de nuestros profesores, de otras personas que han influido en nuestras vidas, en definitiva, por la aprobación de la Sociedad, en lugar de tener nuestra propia aprobación.
Así, poco a poco, dejamos de pensar, sentir y actuar desde lo más profundo de nuestro ser, estando condicionados (unos más que otros) por “la moda de la Sociedad” y por las gratificaciones externas (títulos, dinero, cosas materiales).
¿Te has preguntado alguna vez a dónde nos lleva esto?
Pues nos lleva a la pobreza de espíritu (que es la pobreza más grave), convirtiéndonos en unos auténticos desconocidos de nosotros mismos. ¿Te sorprende?
Pues que no te sorprenda cuando un día, por alguna razón, te llegue un comentario exterior hacia tu persona que te desagrade y/o no lo comportas y te enfades. Si esto llegase a pasar, si me permites una recomendación, antes de “despertar a tu mono/gorila interior”, reflexiona sobre el comentario y pregúntate:
- ¿Por qué “fulanito” dice y/o piensa eso de mí?
- ¿Será que la imagen que estoy proyectando no es la que yo creo que tengo?. Sé que no puedo gustar a todo el mundo, pero lo que dice ¿es cierto?
Te propongo un juego sencillo pero a la vez muy potente…
Objetivo: Saber si la realidad que tienes sobre ti mismo coincide con la realidad de los demás acerca de cómo te ven ellos.
Observación: enfoca el resultando desde un punto de vista constructivo, ¡no te lo tomes a mal!, recuerda que lo que quieres saber es si los demás te ven cómo tú te ves a ti mismo.
Muy importante: la sinceridad de todos (sobre todo la tuya )
¡Empezamos!:
- Toma una cartulina y/o folio. Traza una línea por la mitad …
- A la izquierda, escribe como te defines, utilizando al menos 3 adjetivos (lo ideal entre 3 y 5)
- A la derecha, escribe como te ve tu entorno. Para ello deberás explicarles el objetivo del juego y que te digan y/o escriban una pequeña definición de ti (utilizando adjetivos). Cuantas más personas participen, más real será el ejercicio. Como recomendación, al menos deberías pedir feedback a:
-
- Tu pareja
- Tus padres
- Tus hermanos
- Tus suegros
- Amigo/s de toda la vida
- Amigo/s reciente
- Compañero/s de trabajo
- Mira la cartulina y en el lado de tu entorno, subraya los adjetivos que coinciden
- Toma otra cartulina, está vez más pequeña y divídela otra vez por la mitad. A la izquierda tus adjetivos y a la derecha, los de tu entorno pero solo aquellos que se repiten con más frecuencia (los que han salido una vez, bórralos, olvídate de ellos)
- Ahora, subraya o redondea, con un color los que coinciden con los tuyos y con otro color, los restantes
- Para terminar…
-
- ¿Cuáles coinciden?
- ¿Cuáles no?
- ¿Qué te dice el resultado?
- ¿Qué vas a hacer a partir de hoy?
- ¿Cómo lo vas a hacer?
- Ponte una fecha y empieza, despacio (no existen las prisas)
<<Se valiente y atrévete a jugar, en este juego siempre ganas>>
En muchas ocasiones, lo que creemos ver no es en realidad lo que estamos viendo, ya que no somos conscientes de nuestros puntos ciegos y ¡todos los tenemos!, entonces, vemos el mundo tal como nosotros somos que no coincide con el mundo tal como es.
Si llegados a este punto, quieres cambiar, te adelanto que el cambio crea un cierto trastorno, incluso a veces, produce una auténtica revolución, pero no tengas miedo, este trastorno es necesario para CRECER. Tienes que desintegrar y abandonar los viejos comportamientos y creencias que ya no te sirven, para dejar paso a lo nuevo. Estas pequeñas mejoras (acciones), poco a poco, irán construyendo esa realidad tan deseada que quieres para tu persona.
Así que ya sabes, ¡piensa como quieres que te recuerden y actúa! tu forma de pensar crea tu realidad, tus pensamientos dirigen tus acciones.
Y si necesitas ayuda, aquí me tienes, encantada de acompañarte 😉
¡Comenzaremos el juego!! que bonitas palabras
Interesante, jugaremos
Me gustaría que me recuerden con CARIÑO
Jugaré!Hay que aprender a aceptar las críticas!