La intención de este post es poder ayudar y/o acompañar a personas que como tú, acaban de ser despedidas de su trabajo. Pero no por hacer un desempeño inadecuado ¡qué va, todo lo contrario!, sino por una decisión de la Organización desencadenada a su vez, por cambios de mercado o decisiones estratégicas tomadas a lo largo del tiempo por sus Directivos. ¿Y quién lo paga? El trabajador, el valor más activo de una Organización pero a su vez el más desprotegido.
El caso concreto que me gustaría abarcar es el de un trabajador que se enfrenta a un Expediente de Regulación de Empleo, conocido popularmente como ERE, procedimiento mediante el cual una empresa en una mala situación económica busca obtener autorización para suspender o despedir trabajadores. Situación conocida y actual que están sufriendo numerosas Organizaciones y que de alguna manera, nos afecta a todos, bien de manera directa o indirecta, a través de un familiar y/o amigo.
Un día cualquiera, vas a trabajar y de repente recibes un email que te deja frío como el hielo, tu respiración se congela, sientes como un pitido en los oídos, los ojos se abren como nunca (hasta sentir un picor, ya que por unos segundos te olvidas hasta de pestañear) y lo único que sientes desbordado a una velocidad indomable es tu corazón. Abres el email (el canal más frío y desolador que existe) y te comunican que tú formas parte del ERE, ya no hay marcha atrás, estás fuera. Entonces, empiezas a preguntarte ¿Por qué yo? ¿Y no mi compañer@?, ¿Qué he hecho mal?…. ¡Madre mía la que se me viene encima!
Más de 15 años trabajando, adaptándote a fusiones y cambios organizacionales y… de repente, alguien lanza el comunicado, como tal cual un disparo que te atraviesa hasta lo más profundo de tu ser, dejándote mal herido.
Si estás en esta situación, ten claro, que no ha sido por tu mal desempeño (en la mayoría de los casos), ha sido una decisión estratégica. Así que no te castigues, no te fustigues, no te culpes, no malgastes tu energía. Recuerda el motivo: decisión estratégica.
Y llega el momento del “cara a cara”. Entras en ese despacho/sala de reuniones o como lo quieras llamar, en una situación de vulnerabilidad tremenda, no sabes cómo vas a reaccionar, a pesar de que ya sabes a lo que vas. Te sientas y allí os encontráis las dos partes: el representante de la empresa (empleado generalmente del área de Recursos Humanos) y tú (empleado despedido), solo y abrumado, esperando el mensaje. Y en un tiempo record, te “dan la cuenta”, pides una mínima explicación, y te dicen lo que ya sabes: “Estamos inmersos en un ERE, y esta vez te ha tocado”. Con un hilo de voz (si es que te sale), dices: ¡Entonces, esto se ha acabado!, ¿y ahora qué?
En la mayoría de las veces, se produce un silencio desgarrador como respuesta. Te levantas, te despides y empiezas a caminar. ¿A dónde? No lo sabes, pero necesitas salir, a tomar el aire. Seguramente el shock y estado de confusión en el que te encuentras, no te deja pensar, ¡normal!, pero te pediría, cuando estés un poquito más tranquilo que te formulases dos preguntas: ¿he firmado mi condena? o ¿he firmado mi liberación? Aquí está la clave 😉
En estas situaciones, es muy importante saber cuál ha sido la pareja de roles que ha intervenido en tú situación de despido. Es decir, cual ha sido el comportamiento del Representante de la empresa y como te has sentido Tú:
- Representante de la empresa (Ejecutor) – Tú (Ejecutado)
- Representante de la empresa (Liberador) – Tú (Liberado)
Es muy triste y atroz, conocer que en la mayoría de las situaciones (al menos en las que yo conozco), la pareja que sale a escena es: “Ejecutor – Ejecutado”. Y yo me pregunto ¿Dónde está la humanidad? y ¿La empatía?
Todos sabemos que los hechos, hechos son, pero la manera de comunicar, depende de la persona (no de la Organización y/o puesto).
A continuación indico una serie de recomendaciones (bajo mi punto de vista y experiencia) para paliar estas situaciones en la medida de lo posible. Así;
Recomendaciones al Representante de la empresa:
- La sinceridad es fundamental en estos casos. Un buen comunicador tiene que ser claro y sincero en el mensaje. Entiendo que el mensaje que tienes que dar es un mensaje duro, pero de ti depende (solo de ti) la manera en que lo comuniques
- Estar al otro lado de la mesa, es un lugar frío y oscuro, donde a nadie le gustaría estar (ni a ti, ¿verdad?), pues practica la empatía, se honesto, el trabajador te lo agradecerá y tú te estarás comportando con integridad y coraje. Que tu rol sea el de liberador
- Prepárate bien la entrevista, cada persona necesita su tiempo. Conoce a la persona que la Organización va a despedir (todos sabemos que tú no despides a nadie, es parte de tus funciones) pero en una situación como esta, utiliza palabras positivas, de apoyo y de esperanza, ayúdale (en la medida de lo posible) a que visione un futuro mejor: “La vida sigue y seguro encontrará un trabajo”. Las palabras tienen mucha fuerza (recuerda, las palabras son tus pensamientos expresados en voz alta) y dicen mucho de ti como persona, cómo las utilices marcan la diferencia; puedes hundir o empoderar
- Agradécele la entrega a una vida profesional, resalta sus logros conseguidos (todos los empleados han conseguido alguno). El reconocimiento es el alimento del alma, y a todos nos gusta recibirlo de vez en cuando
- La importancia del “cara a cara” es muy importante. Lo mejor, háblalo en persona, no le mandes un email, no te escondas detrás de las tecnologías. No es una postura valiente, al contrario, el trabajador despedido te agradecerá tu tiempo en persona. ¡Qué te cuesta! o ¿es que no forma parte de tu trabajo?
Recomendaciones al Trabajador despedido:
- Seguramente pasarás por un periodo de duelo. ¡Sí, has leído bien!. Aunque sea una pérdida laboral, sigue siendo una pérdida. El duelo comprende 5 fases: Negación – enfado – negociación – tristeza – aceptación. No siempre se cumplen todas las fases, ni necesariamente ocurren en el orden señalado
- Una vez superado el duelo, es muy importante que elabores un plan de acción. A partir de ahora tienes que definir tu propósito de vida (si todavía no lo tienes claro). Recuerda que tiene que ser medible, alcanzable, realista, marcarte tiempos (definir metas) y cómo va a afectar a tu entorno.
- En general, cuando vivimos situaciones / condiciones difíciles, surge nuestra creatividad y aparecen talentos que teníamos ocultos. Se valiente y aprovecha las oportunidades por mucho miedo que te den. Los valientes se comen su miedo antes de que el miedo los devore a ellos. Enfrentarse al miedo generará en ti impulso para avanzar, ya que se expanden también tus creencias limitantes
- La cuestión no es si vas a encontrar dificultades. Por supuesto que sí, muchas y de todo tipo. La cuestión clave es: ¿Qué haremos con esas dificultades y cuanto tardaremos en recobrarnos?
- Cuando “estés de bajón”. Exterioriza las emociones, déjalas salir. Después levántate y da un salto echando los codos hacia atrás. Es una acción sencilla, pero te ayudará a despejarte, incluso esbozarás una sonrisa. El cuerpo, la mente y el alma te lo agradecerán, te permitirá seguir avanzando
- Si no puedes solo, pide ayuda. Mi experiencia me dice que los cambios son buenos solo si decides permitir que sean buenos, es una cuestión de elección. Las víctimas se quejan diciendo ¡Por qué yo!, los líderes del cambio, levantan el puño y gritan: ¡Yo puedo con ello y más!
¡LIBÉRATE!;)
Fantástico Rosa, me ha ayudado mucho tú artículo me siento totalmente identificada, estoy pasando por esa misma situación en estos momentos de mi vida. Un abrazo. María.
Muy interesante y efectivamente cuando esto sucede hay que replantearse muchas cosas , ojalá todas aquellas personas que sufren esta experiencia sean capaces de empezar de nuevo .